A estas horas ya se me mezclan los pensamientos sobre unas con los que tengo sobre otras. Y ya no se quién es quién. Ni cuándo es cuándo.
Estoy decepcionado. Incluso de mi mismo. Hace días que no tienes importancia. Que ya no sueño contigo. Que no te recuerdo. Me da pena, porque es un agujero de casi 2 años en mi vida, como si no hubiese pasado. Lo único bueno es que pareces feliz. Seria un hipócrita si no reconociese que ojala soy yo quien te hace feliz. Pero no es así. Y no puedo luchar contra eso.
Los años me han enseñado a saber cuando no merece la pena la batalla. Y me han enseñado a levantarme. Más rápido de lo normal. Porque en el suelo soy presa facil. No voy a quedarme esperando toda la vida. Igual que tu no te querias hacer el "harakiri".Curioso que lo que decías hace un año es lo que digo ahora yo. Es tu decision, es tu vida. Una pena pero es lo que hay.
Ahora yo me dedicaré a vivir mi vida, a seguir con mis sueños. Ya vendrá alguien sin miedo, que me acepte exactamente como soy y que me ayude a dejar de ser lo que no quiero ser. Una compañera de equipo, espero que para siempre, no solo para un rato como has sido.
Te diría que cumplas tus sueños, pero es obvio que los has abandonado. Eso es lo más decepcionante de todo. La madre de mis hijos nunca abandonará sus sueños. Y yo le ayudaré a cumplirlos. Como hago siempre. Porque es lo que verdaderamente soy.
Desde aquí te digo un "hasta luego", sin odio, sin rencor, sin dolor. Solo tristeza, melancolia y decepción. Han pasado muchos dias para que sea capaz de decirtelo. Hasta luego. Porque yo nunca digo adiós. Por más evidente que este sea.
Comentarios
Publicar un comentario